They Live (1988): una crítica a la ideología presente en nuestra vida cotidiana

Reseña de película.

¿Qué pasaría si nos pusiéramos unas gafas que permiten ver detrás de la propaganda? Esta pregunta fue explorada en la película They Live, dirigida por John Carpenter en 1988, una cinta ochentera y de “Serie B” que les recomendamos porque nos incita a reflexionar sobre cómo funciona la ideología política en la vida cotidiana.

1- De emprendedor apático a revolucionario: la historia de John Nada

El protagonista de la película es John Nada, el típico “emprendedor” de Estados Unidos. Pese a que encuentra pobreza en su camino, confía en las reglas de juego de su país, incluso cuando él mismo no tiene ni casa. No le incomoda vivir en una ciudad económicamente deprimida, porque piensa que todo lo puede superar a punta de esfuerzo. Su actitud resuena con el dicho latinoamericano: “el pobre es pobre porque quiere”.

Un día, por accidente, John descubre una organización secreta que denunciaba que el mundo estaba siendo controlado mentalmente por seres desconocidos. Al escucharlos, los trató como una secta extremista. Pero John comienza a sentir empatía hacía ellos, ya que eran censurados y reprimidos violentamente por el gobierno, pese a no parecer gente amenazante. De hecho, sus líderes eran un científico con sobrepeso y un sacerdote ciego.

Una noche, la iglesia donde se ocultaba el grupo fue destruida y, al revisar sus escombros, John descubrió una caja llena de gafas oscuras. El hallazgo parecía banal y cogió un par. Extrañamente, cuando se las puso comenzó a observar mensajes ocultos en la publicidad. Al mirar avisos sensuales leyó el eslogan cásate y reprodúcete, y en los billetes comunes la inscripción este es tu dios. La ciudad estaba repleta de carteles semejantes: no cuestiones la autoridad, no a la imaginación, no al pensamiento independiente, etc.

Con el descubrimiento de las gafas, John atraviesa una transformación dramática. De ser un individualista apático, se convierte en un soldado revolucionario. En su nuevo camino, entabla una fuerte amistad con un compañero que había ignorado y juntos deciden enlistarse en una lucha contra los que controlan mentalmente a la humanidad. Para ambos, ver el mundo más allá de la propaganda significó cambiar su actitud hacia los demás y asumir una posición combativa frente a las ideologías de subordinación.

2- Ideología política en la cotidianidad

En la vida cotidiana, las epifanías que nos abren la mente no suceden de manera tan emocionante. En cambio, son procesos largos y complicados donde existe el riesgo de recaer en la ceguera. Dentro de nuestra cotidianidad, el poder se manifiesta a través de saberes comunes, estereotipos y hasta chistes. En la interacción con la familia o los amigos es difícil identificar todas las ideas cómplices de injusticias o poderes corruptos. Es posible, pero demanda constancia. Tampoco podemos obligar a que, desde un inicio, todos compartan nuestra visión crítica del mundo. Cuestionar los prejuicios de los otros es necesario, pero también requiere de una apertura de oídos que no puede forzarse.

Desde nuestro punto de vista, la crítica contra el establecimiento que hace el director es acertada cuando existen enemigos absolutos. Por ejemplo, en They Live los alienígenas son la representación perfecta del “otro” opresor. Sin embargo, la realidad cotidiana es más difusa, en ella la imposición del poder se hace más sutil. Existen gestos, silencios y modos del habla en la interacción diaria que pueden encubrir un discurso de dominación. Peor aún, tales ideas pueden sobrevivir sin que sean reconocidas por los sujetos. Podríamos señalar muchos casos de racismo, homofobia, machismo o actos condescendientes como ejemplos.

Por otro lado, las gafas de la película no permitían ver la verdad absoluta, sino que funcionaban como unos aparatos que descifraban el subtexto, los mensajes subliminales. En términos de Slavoj Zizek, las gafas servían como una crítica de la ideología. La diferencia entre conocer la verdad objetiva y descifrar la manipulación del discurso es grande. Las gafas de John Nada no le otorgaban un poder revelador, sino que bloqueaban las mentiras emitidas por quienes detentaban el poder.

3-¿Es posible despojarse de toda ideología?

A pesar de ser una película con exceso de compromiso político, hasta el punto de ser ingenua en algunas ocasiones, esta obra nos interpela a cuestionarnos: ¿qué debemos hacer cuando descubrimos que hemos sido manipulados mentalmente?, ¿nos convertiremos en revolucionarios, reafirmaremos nuestra pasividad o nos aliaremos con el poder para negociar un mejor trato? Por medio del desarrollo de los personajes, la película muestra que los humanos tendemos a seguir las tres opciones. En efecto, tener más conocimiento no implica necesariamente tener un ojo crítico.

El tono de la película asume una posición sermoneadora en la que cualquier camino diferente al antagonismo aparece como pasividad. Más allá de ese exceso, debemos destacar que coincidimos con el mensaje optimista expresado con la transformación de John Nada. Su historia muestra que cualquiera puede rebelarse contra sus propias ideas limitantes. La revolución interna que experimentó el personaje fue lo que le permitió ver el mundo sin vendas en los ojos. Con esa transformación, unos lentes mágicos ya no son necesarios.

Desde nuestro punto de vista, creemos que la revolución interna significa, sobre todo, purgar nuestros sistemas de creencias más rígidos, aquellas ideas que aprendemos desde la infancia y que legitiman el abuso de poder. Nos referimos a las ideologías en toda su amplitud. Desde las creencias de pasividad como las cosas pasan por algo, hasta la actitud de cerrazón que surge cuando nos sentimos poseedores de una verdad. Es una transformación muy difícil, porque tratar de ver el mundo sin ideologías nos pone en un terreno inseguro.

Ahora bien, ¿nuestra evolución personal nos permitiría tener unas gafas como las de John Nada? Esta es una pregunta abierta, pero Slavoj Zizek plantea una respuesta pesimista y a la vez práctica: no podemos escapar de la ideología, pero podemos ajustarla. La ideología, según él, es ineludible debido a que no son simples sesgos de información que nos imponen los otros, sino que son resultados naturales de nuestra forma de vincularnos con el mundo. Así lo explica él mismo en el fragmento de video con el que finalizamos esta reseña.

Javier Ramírez Bullón
Javier Ramírez Bullón
Politólogo e internacionalista, PUCP, Uniandes.

Politólogo e internacionalista.

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