¿Y dónde está el valor económico durante la pandemia?

Reseña de libro.

Durante la pandemia muchos han sido los que han vaticinado el fin del mundo como lo conocíamos, unos desde la orilla de mejores cosas vendrán y otros desde ese lugar común que pregona el “vendrán cosas peores”. En ese panorama de incertidumbre, los gobiernos han tenido que tomar un rol protagónico para guiar y reducir las consecuencias durante y después de la crisis gestada bajo los albores del Covid-19. Precisamente, muchas de las medidas tomadas se han centrado en el sostenimiento del modelo económico mediante el apoyo a múltiples sectores productivos generadores de valor, pero ¿cuáles son esos sectores y qué los hace tan valiosos para el mantenimiento del sistema económico?

Esta y otras preguntas se han generado en el marco de la crisis por el coronavirus, la cual ha enfrentado a la sociedad mundial a nuevas realidades y reflexiones centradas en la noción del valor. Es aquí cuando el libro El valor de las cosas: quién produce y quién gana en la economía global, escrito por la economista y profesora de Economía de la Innovación y Valor Público en la University College London Mariana Mazzucato (2018), nos ofrece algunas pistas para hacerle frente a estos interrogantes, en tanto introduce un debate fundamental frente a la noción de creación – extracción de valor.

Esta noción a lo largo de la obra va a estar obligatoriamente ligada a esa crítica constante que se le hace al sector privado, especialmente, a la industria tecnológica, el sector farmacéutico y el financiero, los cuales mediante la especulación extraen desproporcionadamente valor de las actividades no especulativas y generan una tendencia a la maximización de ganancias a corto plazo, que incide negativamente en la distribución de la riqueza. En tal sentido, Mazzucato no solo pone sobre la mesa diversas cuestiones encaminadas a preguntarnos cuáles son esas actividades que producen valor real sino, además, dónde se produce ese valor y quién aporta más en su creación.

En este punto, la necesidad de redefinir cuáles son las actividades que generan valor y dónde se produce este se vuelve prioritaria, sobre todo en tiempos en donde: (i) la intervención estatal para el sostenimiento de la economía ha develado la inoperancia del sector privado para hacerle frente a la crisis, y (ii) se ha evidenciado la incapacidad de algunos Estados para enfrentar la crisis sanitaria debido a del desmantelamiento del sector público (Stiglitz citado por De Zárate, 4 de abril de 2020). Lo anterior, hace que este texto sea tan valioso en tiempos como estos, en tanto expone algunas propuestas a favor de la intervención estatal y en contra del fomento de actividades extractoras de valor. Es así como plantea más allá de un diálogo incesante sobre la creación-extracción de valor, una guía de acción para los responsables de las políticas, específicamente, en torno al nuevo rol que debe desempeñar el sector público no solo en la distribución de la riqueza sino en su responsabilidad en la creación de los incentivos necesarios, para que los diversos sectores de la economía asuman una posición de ganancias a largo plazo que permitan reinvertir los beneficios en la sociedad. Lo anterior, debido a que tal como lo afirmó Mazzucato (citada por González, 25 de abril de 2020) “Los cambios en el capitalismo solo se dan si el Gobierno los fuerza”.

Las diversas reflexiones producidas bajo el manto oscuro del coronavirus van a estar ligadas a esa redefinición del valor público en el marco de la economía, especialmente en una época en que la mayoría de los Estados se han posicionado en una situación de mucha sensibilidad y vulnerabilidad. Precisamente, por el desmantelamiento del sector público y la dependencia de suministros médicos que, bajo la ley de la demanda y la oferta, alcanzaron precios tan elevados que se volvieron de difícil acceso en tiempos donde son necesarios para salvaguardar la vida humana. Otro rasgo de estas cuestiones, se expresa también en la constante locución referida a “la economía está cerrada”, cuando ciertamente muchas de las actividades que, generalmente, no son consideradas como generadoras de gran valor están sosteniendo la supervivencia humana. Este es el caso de la economía del cuidado -mayoritaria invisibilizada-, la cual está teniendo un papel preponderante durante la pandemia, debido a que en cuarentena el trabajo doméstico se ha incrementado y el hogar es también espacio de producción. En este punto, es cuándo deberíamos repensar entonces dónde está el valor y qué tan importante son los procesos de reproducción social para el sostenimiento del sistema capital.

En consecuencia, lo expuesto nos lleva a cavilar no solo en la redefinición de qué consideramos como valor, sino, además, a pensar en una transición económica y política en donde sea el Estado el que ejerza un papel protagónico en el direccionamiento de nuevas y mejores políticas que guíen al sector privado y coadyuven a la redistribución de los beneficios a largo plazo. Ahora bien, es menester señalar que, si bien nada está dicho en tiempos de coronavirus, lo cierto es que los Estados y el orden internacional se verán enfrentados a nuevos retos en donde la innovación nos salvará del caos.

Referencias bibliográficas

De Zárate, F. (4 de abril de 2020). Joseph E. Stiglitz: “Es un momento crítico para el futuro de Europa”. El País. https://elpais.com/economia/negocio/2020-04-04/joseph-e- stiglitz-es-un-momento-critico-para-el-futuro-de-europa.html? Mazzucato, M. (2018). The value of everything: Making and taking in the global economy, Allen Lane – Peguin Random House. Mazzucato, M. (25 de abril de 2019). Mariana Mazzucato: “Los cambios en el capitalismo solo se dan si el Gobierno los fuerza”. El País. https://elpais.com/economia/2020-04-25/mariana-mazzucato-los-cambios-en-el-capitalismo-solo-se-dan-si-el-gobierno-los-fuerza.html

Katrim De la Hoz Del Villar
Katrim De la Hoz Del Villar
Abogada e internacionalista, U.Atlántico, Uniandes.

Abogada por la Universidad del Atlántico y estudiante de la maestría en Estudios Internacionales Uniandes.

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